domingo, junio 04, 2006

Adiós

Una piedrecita golpeó la ventana, mientras Skël leía un libro de poesía oscura. Se asomó con dificultad porque el viento del norte golpeaba los cristales, pero pudo ver la elegante figura de la joven Aracne inmutable entre la nieve.- Ábreme la puerta. - Dijo con tono jovial y sin quebrar la voz. - Por favor.- Sí. - Skël, tan frío como siempre, esperaba su visita con fervor, pero sus actos jamás darían fe de ello.Al salir de la habitación, casi tropezó con una guitarra eléctrica que estaba conectada a su estudio de grabación, pero sin mirar si había caído al suelo o no, siguió hasta la puerta.- ¿Me esperabas? - Aracne le miró con gesto despreocupado.Skël guardó silencio.- Tengo algo que decirte. - Aracne comenzó a quitar los botones de su largo abrigo negro, y cuando terminó se lo tendió con una sonrisa. Skël cogió su mano y la besó como saludo.Aracne sonrió.- Siempre tan formal. - Dijo mirándole a los ojos.- He terminado de editar las canciones que hicimos juntos.- Bórralas. - Aracne entró y se sentó en el sillón, de color negro, como el resto del mobiliario.- ¿Por qué motivo? - Skël jamás habría esperado aquella respuesta.- Porque me voy. - Aracne le miró a los ojos y sonrió.- Que... ¿Qué te vas? - Skël no daba crédito a lo que oía. Por muchas veces que él la hubiera traicionado y viceversa, él daba por hecho que nunca se iría de su lado.- Me voy.- ¿Adonde?- A Londres.- ¿Por qué?- ¿De verdad pensabas que esto duraría para siempre? - Aracne le miró sonriendo. - ¿De verdad no has "escuchado" las canciones?- Sólo pongo el ritmo. - Skël no sabía que pensar.Aracne se acercó a la gran máquina del estudio, Skël estaba apoyado en ella. Aracne se acercó tanto que casi rozó sus labios y le dio al botón de play.Pronto se escuchó un inanimado sonido de bajo eléctrico, y una melodiosa voz casi quejumbrosa, sombría entre tanta nostalgia, que cantaba:

Mi corazón, entre la oscuridad, espera a encontrarte convirtiendo mi alma en el dolor más intenso.En los jardines de mi memoria, la promesa que hicimos, para ser destruida, todavía frecuenta mi sueño.No abriré mis ojos, temerosa de que vuelva a morir en tus brazos de nuevo.La salvación nos espera, en lo más profundo de la oscuridad, sola y asustada, con la promesa de morir por tu amor...Y ahora que soy libre de las cadenas que me ataban a ti...Estoy pérdida.Muy pérdida.Sujétame en tus brazos y cántame tu hermosa canción.

Aracne cantó acorde con la melodía que ella misma había compuesto, mirando a los ojos a Skël.Skël no sabía que decir. - Yo, solo... - Aracne dio la vuelta haciendo que su falda de encajes se elevara un poquito con el viento. - Lo siento.- Es tarde. - Aracne volvió a mirarle y sonrió. - Pero... - Se acercó más a él y le susurró. - Eso no significa que no podamos follar por última vez....Skël, lleno de ira y odio hacia sí mismo, cogió a Aracne con fuerza y la besó.***